Veritas

La semana pasada el periódico deportivo con mayor número de lectores titulaba en la portada: “Presi, en junio, o Mou o nosotros”. El mensaje que se traslada a la opinión pública es inequívoco: la división entre el entrenador y los jugadores del mejor club de fútbol del siglo XX. Ante la gravedad de este ultimatum, de forma inmediata, el Presidente sale a desmentir totalmente la información, calificándola de mentira, y que persigue desestabilizar al club. Al mismo tiempo, explica que en esa reunión estuvieron con él tres personas: Casillas, Ramos, y un directivo. Todos ellos, a su vez, se ratifican en la falsedad de lo publicado. No obstante, al día siguiente, el diario en cuestión se reafirma en la información facilitada, e invoca la confidencialidad de sus fuentes. Pero el culebrón no queda ahí, porque la reportera y novia del capitán del equipo consigue meter la pata hasta el corvejón, al vulnerar las más elementales normas deontológicas. Y es que toma partido y quiere emular al mister e introducirle el dedo en el ojo, en un ajuste de cuentas por encargo, y declara que: “Es vox populi que los jugadores no comulgan con Mourinho”. Además, las explicaciones que aporta el rotativo sobre el malestar del equipo son surrealistas: porque ha sentado en el banquillo a los interfectos, y a otros les ha exigido mayor rendimiento. Ante esta situación, en primer lugar, habría que cuestionar la veracidad de las informaciones difundidas, y si las fuentes son fiables y contrastadas -¿será Carbonero y su topillo “garganta profunda”?-, porque aquí alguien no está diciendo la verdad. Lo que sí parece claro es que se trata de una campaña orquestada con intereses espurios, para echar a uno de los mejores entrenadores. Y, en segundo lugar, de ser cierto el complot, a esa institución no le debería temblar el pulso para expulsar a los insurrectos, consentidos, y privilegiados deportistas –sea quien sea-, que no están a la altura de los colores que defienden. Porque esta conducta difiere de los valores que don Santiago Bernabeu inculcó a este emblemático y legendario club, basados en la disciplina, humildad, sacrificio, excelencia, superación, y deportividad, que no pueden ser dilapidados por unos desaprensivos mercenarios.

Javier Pereda Pereda.-